Pocos datos hay sobre este proyecto creado e incubado en Copenhague en el año 2008, entre ellos que se trata de Brian Batz quien es la mente maestra detrás de este trabajo concebido en su dormitorio y que en las pocas apariciones en público que tiene siempre esconde su rostro tras una máscara de conejo. Se vale de cajas de ritmos, guitarras y pianos a los que agrega una distorsionada voz que es electrónicamente manipulada ya que para él si los conejos cantaran así sería su voz, creando así una suerte de lúdicas melodías cargadas de melancolía que llamaron fuertemente la atención de una de las publicaciones más importantes de Dinamarca Soundvenue, dándole así la oportunidad de ser fichado por A:larm music con quien edita su álbum homónimo con 10 hipnóticos temas de una peculiar belleza ensoñadora un tanto ácida que puede contagiar de sentimentalismo a cualquiera con tan solo escuchar unas cuantas notas.
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